viernes, 11 de noviembre de 2005
Discurso de Begoña Lasagabaster en el debate sobre el Estatuto de Cataluña
EN NOM D´EUSKO ALKARTASUNA DESITJO TRANSMETRE LA SOLIDARITAT DE LA NOSTRA ORGANITZACIÓ ALS DELEGATS DEL PARLAMENT NACIONAL DE CATALUNYA.
SABEN QUE TENEN EL NOSTRE SUPORT PER ACONSEGUIR LES SEVES LLIBERTATS NACIONALS.
(En nombre de Eusko Alkartasuna deseo transmitirles la solidaridad de nuestra organización a los delegados del Parlamento Nacional de Catalunya. Saben que tienen nuestro apoyo para que consigan sus libertades nacionales)
Quisiera en nombre de Eusko Alkartasuna, saludar y dar nuestra más cordial bienvenida a la delegación del Parlamento de Cataluña, Señor Mas, Señora de Madre y Señor Carod-Rovira que han venido a defender una propuesta que apoya la inmensa mayoría de sus ciudadanos.
El pasado 1 de febrero, en el debate de la propuesta de reforma del Estatuto Político Vasco, planteábamos una cuestión previa en relación con el procedimiento. Entendíamos y seguimos entendiendo que para la reforma de estatutos, como el vasco y el catalán, la previsión constitucional establecía la previa reunión de la Comisión Constitucional y la delegación del Parlamento correspondiente, para analizar y examinar la propuesta y así determinar de común acuerdo su formulación definitiva.
Previsión que para nosotros lleva implícita una cierta obligatoriedad de intentar un acuerdo y mantener el carácter bilateral y paccionado de estos Estatutos.
Así, en ejercicio de nuestros legítimos derechos, planteamos junto a otros diputados un recurso de amparo al Tribunal Constitucional que fue desestimado. Acatamos en su momento, y ahora, la resolución, aunque no la compartimos.
Actuamos en febrero de forma serena, ordenada, intentando que cualquiera que fuera la discrepancia, en el procedimiento o en el contenido, ésta fuera encauzada a través de la civilidad y la responsabilidad que debemos tener y exhibir la clase política, evitando siempre la confrontación de la sociedad y la crispación.
Pero parece, que esta máxima que debiera tener en mente todo buen gobernante, no es de aplicabilidad para el Partido Popular, que considera prioritario en su actividad política, CRISPAR, enfrentar a la sociedad o confrontar las identidades, en lugar de conducir sus discrepancias, todas ellas legítimas, por el camino del diálogo, debate, negociación y acuerdos.
¿Dígame Sr. Rajoy, por qué han acudido tan tarde al Tribunal Constitucional, en el amparo de sus posiciones, legítimas, sobre si era posible celebrar o no este Pleno?
¿Por qué prefieren actuar como pirómanos en un incendio mediatico creando desasosiego y crispación en la sociedad?
De la estrategia del PP, de hacer enemigos, de su enfrentamiento para buscar el rédito electoral, sabemos mucho los vascos. Ahora también al parecer, le ha tocado a Cataluña. Solo les puedo aconsejar tranquilidad y serenidad. El tiempo pone a todo el mundo en su sitio.
Pero centrémonos en el interés de este debate, la reforma del Estatuto de Cataluña. Nos presentan en nombre de su Parlamento, un texto que contiene la voluntad de sus ciudadanos en aspectos tan importantes como la declaración contenida en su Preámbulo sobre su identidad, el derecho a determinar su futuro como Pueblo, la justicia social, su relación con los demás pueblos del Estado, el blindaje de sus competencias, la bilateralidad, su modo de financiación, la solidaridad y así otras tantas cuestiones.
En definitiva, han tocado la médula de aquello que quedó inacabado en la transición, el encaje de los derechos colectivos de las naciones en el Estado; igualmente han analizado su experiencia de estos 25 años y han replanteado soluciones para evitar el desequilibrio entre el Gobierno del Estado y las Comunidades Autónomas que permitan una correcta garantía a ambas partes de resolución previa de conflictos, protección de sus respectivas competencias y por último han recogido cuestiones, fenómenos y realidades de gran importancia que en el año 79 no estaban en el orden del día por razones diferentes, sea la Unión Europea, la inmigración o la necesidad de igualdad de Género. Retos y desafíos que también se analizaban en la propuesta política de Euskadi llegando a soluciones que encajan en nuestra idiosincrasia como país.
Señorías, señores parlamentarios de Cataluña, sepan que Eusko Alkartasuna, además de votar hoy a favor de la toma en consideración de su proyecto; en la tramitación parlamentaria, en la Comisión Constitucional, trabajará para que el espíritu y voluntad de la ciudadanía de Cataluña contenidos en este proyecto no sean modificados o anulados por una mayoría ajena a su pueblo.
Sería poco entendible que frente a una mayoría natural tan amplia del texto, se pretendiera imponer una mayoría ajena a Cataluña constituida por otras comunidades en las Cortes.
¿Dónde quedaría el respeto a la democracia? ¿Dónde quedaría su promesa Sr. Presidente del Gobierno, de comprometerse a aprobar lo que acordara el Parlamento Catalán?
Señorías, Señores parlamentarios, leía estos días los debates, que en estas mismas Cortes se han sucedido a lo largo de los tiempos. Al igual que lo que ocurría con el País Vasco y Navarra, objeto de debate constantes desde 1839, Cataluña también ha sido objeto y sujeto político de los debates parlamentarios. Desde la muerte de las libertades catalanas, con el Real Decreto de 16 de enero de 1716; proyecto de Constitución para el Estado catalán de 1883; las bases de Manresa; la Mancomunidad de 1914, los debates de Maura y Cambó; la declaración de Maciá, el Estatuto de 1932 o el actual.
En todos los momentos, con la terminología propia de su tiempo, el debate de fondo es el mismo: la soberanía de Cataluña, el derecho a decidir su identidad. Hago esta referencia no por anclarme en la historia, que aunque es muy importante conocer, no nos va a resolver la cuestión que hemos de afrontar nosotros, las generaciones actuales y las futuras, pero sí para que puedan entender que para catalanes y vascos esta cuestión es fundamental, afecta a nuestra propia esencia, a nuestras señas de identidad.
Volvamos a la actualidad, es posible pensar que en el siglo XXI para que una nación exista es necesario negar, anular o destruir otras naciones. Pero para que la nación vasca exista no es necesario en ningún caso la negación de la nación catalana o viceversa. Entonces, por qué para muchos de Ustedes la existencia de la nación española implica negar la nación vasca, catalana o gallega.
Señorías permítanme una licencia aludiendo a otro debate que tuvo lugar el pasado 1 de febrero. Hoy aquí nos congratulamos que el Parlamento de Cataluña reciba el tratamiento que le corresponde en democracia, que la propuesta que ha presentado, cuando menos, vaya a ser explorada y analizada en esta Cámara, algo que no ocurrió con la propuesta de reforma del Estatuto Político de Euskadi.
¿Cuál era la diferencia y me dirijo a los bancos del Grupo Socialista, al presidente del Gobierno, cuál era la diferencia con el Estatuto Político de Euskadi? Solo acaso si el Partido Socialista entra en el consenso se puede analizar, de forma contraria no cabe exploración, no digo negociación, digo exploración. Es una gran pregunta. Curiosa interpretación de la democracia, cuando no se respeten las mayorías, en este caso del Parlamento Vasco.
Les vuelvo a señalar lo que en esta tribuna reiteradamente hemos manifestado. Si creen que el rechazo de febrero resuelve el problema se equivocan, pues los pilares y bases de la propuesta siguen totalmente vigentes, y corresponderá al Parlamento Vasco decidir sobre la misma. Eusko Alkartasuna abogará en su seno que en condiciones de civilidad sean los propios ciudadanos vascos los que decidan de forma directa.
Finalizo Señor Presidente, haciendo mías de forma humilde las palabras del que fuera lehendakari, Señor D. José Antonio Agirre Lecube, que en su condición de diputado de esta Cámara en el debate del Estatuto de Cataluña el 17 de mayo de 1932 concluía:
“Catalanes, contad con nuestra adhesión sincera y entusiasta. Hoy se discute vuestro Estatuto, mañana estará aquí el nuestro”
Adhesión que hay que hacerla en los buenos y en los malos momentos, ahí están los amigos, ahí está la solidaridad. El lehendakari Agirre con el presidente Company supieron ser solidarios, amigos, compañeros en los peores momentos cuando tuvieron que marchar al exilio en 1939.
Señorías humildemente hago mías estas palabras, sin lugar a dudas, también hago mío el entusiasmo por su proyecto, el respeto al mismo y la clara decisión de que nuestro Estatuto Político volverá, claro que volverá.
Moltes gracies, Eskerrik asko, Muchas gracias
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