Egunon Aliantza Libre Europeako lagunok; estaturik gabeko nazioen ordezkariak. Pozgarria da niretzako gaur Europako Parlamentuan zuekin batera ALE-ren 25garren urteurrena ospatzea. Duela 25 urte ALE sortu genuen gure herrien nortasuna Europan defendatzeko oinarri demokratiko argi batzuekin: autodeterminazio eskubidea, giza eskubideen defentsa eta demokrazia parlamentarioa atxikituz.
25 urte geroago oinarri hauek erabat eguneratuak daude. Azken urteotan ikusi izan dugu nola Europan zein beste lekuetan, herri batzuek, bide politiko eta demokratikoen ildotik, praktikan jarri dute autodeterminazio eskubidea. Hor dauzkagu, Lituania, Estonia, Letonia, Eslovaquia, Errepublika Checa, Croacia, beste batzuren artean. Edo Québec-en adostutako irtenbidea, Irlandaren eredua...
Kasu batzuetatik besteetara alde handia dago, baina guztietan oinarri ezinbestekoa izan da eskubide nazionalen aitortza eta euren gizartearen erabaki demokratikoa. Hori ere eskatzen dugu Euskal Herriarentzat.
Gatazka politiko hauen jatorria erabat ezberdina da; baina irtenbidea nahi ta nahi ez, arau demokratikoak bereak egiten dituen Mendebaldeko gizarte honetan, demokratikoa ere izan behar du.
Horrexegatik, niretzako pozgarria da zuen aurrean, eta zuekin batera, nire herriak bizi dituen une itxaropentxuak ospatzea. ETA-k su etena aitortu du. Oso berri ona Euskal Herria eta Europarentzat. Oso berri garrantzitsua ALE-ko alderdiek defendatzen dugun eredu demokratikoarentzat.
Eskerrak eman nahi dizkizuet lorpen honetan lan egin duzuon guztioi; eskerrak bihotzez Eusko Alkartasunaren izenean eta euskal gizarte osoaren izenean. Euskal Herrian Eusko Alkartasuna bakegintzarako bidean eragile aktiboa izan den bezala, Europar Batasunan Aliantza Libre Europea eragile ezinbestekoa izan da. Eta orain ere, momentu honetan, zuen laguntza eskatzen dizuegu.
ALE-ren 25garren urteurrena Europaren bakegintzaren urtea bihur daiteke. Horregatik, eta eskubide guztien errespetorako bideari eusteko, ezinbestekoa dugu bakegintza prozesuari Europatik ere sostengua ematea.
Buenos días, compañeros y compañeras de la Alianza Libre Europea. Representantes de las naciones sin Estado de Europa, de la diversidad de nuestro rico continente.
Es una satisfacción para mí como presidenta de mi partido compartir con vosotros el 25 aniversario de la creación de la Alianza Libre Europea. Una iniciativa que cumple un cuarto de siglo en la defensa de los derechos nacionales y democráticos de los pueblos de Europa. Que nació sobre la base de tres pilares democráticos: la defensa del derecho de autodeterminación y los derechos humanos, y la adhesión a los principios de la democracia parlamentaria.
Pilares que hoy son más actuales que nunca. En los últimos años hemos visto cómo muchos pueblos ejercían su derecho a la autodeterminación. Casos como el de Lituania, Estonia, Letonia, la República Checa, Croacia, Eslovaquia, entre otros en Europa; o la solución pactada en Québec, y el propio proceso irlandés. Ejemplos entre los que existen grandes diferencias, pero que comparten una característica común: el reconocimiento de sus derechos nacionales y el ejercicio democrático de su ciudadanía ha sido base esencial en la solución. Eso mismo reclamamos para Euskal Herria.
Europa ha sido y es el referente de la sociedad vasca. No sólo por nuestro encaje geográfico en este continente, sino por nuestra convicción en los valores culturales humanísticos y democráticos de sus pueblos y naciones. Y por nuestro compromiso político con el modelo social y de derecho que tradicionalmente han propugnado las democracias europeas, frente a modelos neoliberales a ultranza y sistemas meramente economicistas.
Conceptos como Estado de Bienestar, justicia social, igualdad o ciudadanía no se han desarrollado en ningún otro sitio del planeta con la amplitud que en Europa. Y pese a algunos retrocesos en los últimos años, Europa sigue siendo referente mundial para todos aquellos que aspiramos a una convivencia digna y creemos en la universalidad de los derechos fundamentales.
Europa es nuestro marco de convivencia. Sus pueblos somos su retrato vivo. Por eso ejercemos y reclamamos nuestro derecho a participar en su crecimiento y configuración. Democráticamente, sí; pacíficamente, por supuesto; pero con firmeza y con la voluntad de introducir cambios en su mapa actual. De mejorar las condiciones de vida y desarrollo de nuestras sociedades.
La Alianza Libre Europea es el ejemplo de que la solidaridad y la colaboración es un instrumento de lucha frente a la injusticia y los desequilibrios. La unión de nuestras naciones ha convertido la ALE en el cuarto grupo del Parlamento Europeo, y ha dado voz y voto a decenas de pueblos que exigen su reconocimiento y sus derechos, y de lo contrario quedarían excluidos.
Hoy además me siento especialmente satisfecha de participar en esta celebración en representación, además, de mi país.
Desde el anuncio de alto el fuego de ETA el pasado 22 de marzo Euskal Herria vive momentos de esperanza. Después de casi cuarenta años de conflicto violento hoy estamos ante la oportunidad más firme de conseguir la paz. Un objetivo que supondría un triunfo para nuestro país, para la democracia, y para toda Europa. Porque la pacificación de Euskal Herria es la pacificación de Europa.
Quiero agradecer, en nombre de Eusko Alkartasuna y de toda la sociedad vasca, a todas las personas que desde la Alianza Libre Europea nos habéis ayudado a conseguir este importantísimo paso para la nación vasca. Y a todos aquellos que desde otros pueblos han apoyado y siguen apoyando una solución para el nuestro.
Euskal Herria ha atravesado momentos difíciles. La violencia inaceptable de ETA y su utilización partidaria para desprestigiar las reivindicaciones mayoritarias del pueblo vasco han dado lugar a una confrontación antidemocrática y desigual, que ha tenido traslación al ámbito europeo, donde Partido Popular y Partido Socialista se han dedicado a difundir una imagen distorsionada de las aspiraciones legítimas del conjunto del nacionalismo vasco.
La ampliación de los supuestos de delito en el Código Penal, la vulneración de derechos civiles y políticos, los macro procesos judiciales indiscriminados, el cierre de medios de comunicación o el llamado Pacto Antiterrorista han buscado en mayor medida coartar y agredir ideas que castigar y hacer frente al crimen.
Estamos ante un nuevo tiempo. Y me siento satisfecha de trasladar a este foro el importante papel de mi partido y la Alianza Libre Europea para lograr que las vías políticas se impongan en nuestro país definitivamente.
Sin esa firmeza democrática y ese compromiso nacional que en su día nos llevaron a ser parte impulsora de la ALE no habría sido posible traer a nuestro pueblo a las puertas de este proceso de paz.
Hemos sido el único partido vasco que hemos participado en absolutamente todos los foros e iniciativas constituidos los últimos tres años para abrir cauces de diálogo y reflexión que posibilitasen el avance del máximo número de fuerzas políticas hacia unas mismas claves de solución.
Hemos tenido voces cualificadas en la Mesa de Egino, grupo de trabajo nacido hace dos años, que ha reunido a políticos de distintas sensibilidades al objeto de crear las bases para promover el diálogo multipartito. Hace tres años creamos, conjuntamente con Batasuna, el Foro Nacional de Debate, hoy Mesa para el Acuerdo, a fin empujar al llamado Movimiento Nacional de Liberación Vasco a la exclusividad de las vías políticas. Y lo hemos conseguido.
Por primera vez en su historia, el MLNV se ha comprometido públicamente a favor de las vías políticas, pronunciamiento que un año después se ha visto respaldado por el alto el fuego permanente decretado por ETA.
Es imprescindible consolidar los pasos dados. Y para ello es preciso también que los Estados español y francés promuevan la solución de problemas vinculados al proceso de paz, tales como el de la actual estrategia de dispersión de presos. Al igual que hicimos en su momento, volveremos a apoyar en el Congreso español la interlocución necesaria entre el Gobierno español y ETA para que resuelvan aquellos aspectos técnicos referentes a la disolución de la organización armada.
Pero el reto no acaba ahí. Ahora los partidos vascos debemos acometer lo que llamamos normalización política, abordar y resolver la raíz del conflicto político de nuestro país. Solucionar el descontento secular del pueblo vasco, que ha visto a lo largo de los tiempos mermada su soberanía por acción del centralismo francés y español. Conflicto político muy anterior en el tiempo al surgimiento de su manifestación violenta en ETA, y que responde a la exigencia mayoritaria de la sociedad vasca de su reconocimiento como nación y de profundizar en su autogobierno y desarrollo democrático.
Estamos oyendo algunas voces del nacionalismo español que proponen supeditar esta voluntad legítima de soberanía. Voces que con la excusa del fin de ETA, al igual que hicieran hasta ahora con la excusa de su actividad, pretenden obviar el debate político sobre nuestros derechos nacionales. Voces que platean ahora renuncias a la ciudadanía vasca.
No podemos aceptar esos términos. Estamos de acuerdo con que el Gobierno español deberá realizar las gestiones oportunas para verificar cuantas veces quiera el alto el fuego de ETA. Pero no podemos aceptar que se obligue a nuestro país a ceder en sus reivindicaciones legítimas. Ya no hay excusa para la búsqueda del acuerdo político.
En los últimos años la sociedad vasca se ha posicionado de forma masiva en contra de la violencia de ETA. Y ha defendido con la misma firmeza su derecho a ser un pueblo respetado por España y Francia, y en Europa.
Es hora de acomodar la realidad a esta voluntad. De un lado, dar buen término al proceso de pacificación. Por razones humanas evidentes. De otro lado, atender la demanda mayoritaria de nuestro pueblo, adecuar el actual marco jurídico político de Euskal Herria a la voluntad de la mayoría democrática de su ciudadanía.
Este es el único fin posible a un proceso al que toda Europa ha dado la bienvenida. Como han hecho otros pueblos.
La manifestación masiva celebrada el 1 de abril en Bilbao fue una demostración del compromiso del pueblo vasco con la paz y su exigencia de una solución política justa.
Tenemos la oportunidad de volver a demostrar al mundo que cualquier conflicto político puede resolverse si hay voluntad, por las vías políticas y democráticas. Y como partido comprometido con los derechos de nuestro pueblo, tenemos la obligación de exigir respeto a la nación vasca. Esa es nuestra propuesta de mínimos al resto de fuerzas patriotas de nuestro país en el presente momento histórico: exigencia de reconocimiento, soberanía y decisión.
La implicación de instituciones y partidos europeos ha sido la clave en otros procesos de deriva violenta, como el de Irlanda.
Con las salvedades que requieren las diferencias entre ambos conflictos, queremos pedir también el apoyo europeo para buscar el buen término del proceso vasco.
La labor desempeñada por iniciativa de la ALE a través del grupo de apoyo constituido hace unos meses ha sido fundamental para ayudar a romper prejuicios preconcebidos, o inducidos, en torno a la realidad y la situación de Euskal Herria. Ahora más que nunca nuestro pueblo necesita ser escuchado en Europa.
El pueblo vasco ha estado históricamente comprometido junto con otras naciones sin estado con la construcción de una Europa de los Pueblos democrática y abierta. Hoy venimos a pedir a Europa que se comprometa con nuestro pueblo y con los valores que han convertido a este continente en la vanguardia en el desarrollo de los derechos. Como partido independentista aspiramos a que algún día nuestra bandera pueda lucir aquí junto a las del resto de los pueblos representados en esta asamblea.
Eskerrik asko.
viernes, 12 de mayo de 2006
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