sábado, 3 de febrero de 2007

Un informe demoledor


La edad para ser madre en Euskadi se ha retrasado de 28,2 años en 1981 a 32,4 en 2005, y el índice de fecundidad ha caído en picado: de 2,77 hijos por mujer en 1975 a 1,18 en 2004. El índice más bajo del mundo. Los responsables del Observatorio Vasco de la Juventud presentaron ayer el estudio sociodemográfico "Panorámica de la juventud en Euskadi: análisis de los principales indicadores", un texto demoledor con datos oficiales provenientes de varias fuentes, que abarcan el periodo comprendido entre 1981 y 2005.

Deia

«La generación del "baby boom" ha resultado ser la menos fecunda de la historia», indica el autor del estudio, Xosé Elías Trabada. Y a los pocos jóvenes que dieron a luz son tan poco fértiles que ponen en duda la «solidaridad intergeneracional», añade el director de Juventud del Gobierno vasco, Xabier Sánchez. Es decir, si el estado de bienestar se basa en siete personas activas frente a una pasiva (jubilada, incapacitada, etc.); en el año 2020-2025 la proporción será de dos a uno. «Insostenible se mire como se mire», agrega la responsable del Observatorio, Bakarne Zuazua. Para el reemplazo haría falta un índice de fecundidad de 2,1 hijos por mujer.

Los datos en frío dibujan un futuro nada alentador que necesita una explicación capaz de dar en el clavo para poder invertir la tendencia de crecimiento cero (-0,8%) y, por encima de tópicos vigentes a medias (jóvenes hedonistas y comodones con un futuro lleno de incertidumbre). Sánchez destacó la urgencia de disponer de unas medidas sociales efectivas para que las mujeres puedan llevar a cabo su proyecto de maternidad cuando ellas lo elijan, no cuando puedan o las circunstancias laborales se lo permitan. Ello implicaría a las instituciones, las empresas y a la sociedad. A todos.

«Los países del norte y centro de Europa tienen más mujeres trabajadoras, pero también tienen más hijos. La incorporación de la mujer al trabajo laboral no motiva el descenso de la natalidad, sino la ausencia de una red capaz de atender las necesidades familiares. Tanto en el Estado español como en Italia, precisamente donde prima el catolicismo y la figura de la "familia", las mujeres deciden retrasar la maternidad porque casi todo el peso de la responsabilidad recae sobre ellas», explicó Sánchez.

Con tres horas al día de guardería a 240 euros al mes, tarifa de Gasteiz, las jóvenes vascas tienen muy poco margen de maniobra. «No es que nosotros lo tengamos peor que nuestros padres», medita Almudena Iglesias, joven de 25 años licenciada en Psicología y con máster de Sexología, «es que es difícil de otra manera». «Ellos tenían expectativas profesionales más bajas, pero en lo personal podían realizar sus proyectos vitales con más facilidad accediendo a una vivienda y a un puesto laboral que, si no era el mejor del mundo, por lo menos era indefinido. Hoy la maternidad se retrasa porque no queda más remedio. ¿O acaso piensan que queremos diez años más de vida loca? ».

Asegura que sus planes de futuro nunca van más allá de «un año o año y medio». Ayer firmó un contrato en una ETT para trabajar 10 días en lo que ella llama «una cadena de montaje del siglo XXI». «Copiaré y pegaré los datos de un soporte de información a otro, porque la empresa quiere renovarlo».

Hasta aquí, la incertidumbre. Pero para explicar el declive de la fecundidad también existen otros factores, según los responsables del estudio y los propios jóvenes, que son efectos colaterales de una sociedad de consumo perfectamente asumidos por las nuevas generaciones. «Un amigo mío se ha hipotecado 8 años por un coche», indica Edorta Morales, de 21 años y estudiante de perito químico. Él destinaría el dinero a una vivienda, que le aportaría «independencia y estabilidad». Además, a partir de los 29 le gustaría tener a su «primer hijo».

Mientras en 1981 uno de cada cuatro habitantes era joven, en 2005 sólo uno de cada seis tiene menos de 29 años, y carece de intenciones de repoblar el mundo. «Vamos a asistir a una intensificación del proceso de envejecimiento. La generación más numerosa, la del "baby boom" nacida entre 1955 y 1975, tendrá que convivir en 2020 con la más escasa de jóvenes. Al menos, si no hay un cambio en la pirámide por el extracto de más abajo, porque los jóvenes de hoy son los padres de mañana».

Según los índices de estados civiles, la hegemonía de la soltería es indiscutible (89,9% de los jóvenes). Sobre todo, en el caso de los hombres, que tienden a retrasar esa etapa. «Fíjate que creo que es más fácil encontrar trabajo que novio», asegura Guiomar García, estudiante de Derecho Económico y de la cuadrilla de Edorta. Ahora el grupo pasa los días estudiando en Ingenieros de San Mamés. Dentro de un par de años se licenciarán. Todos confían en encontrar trabajo, son conscientes de la carestía de la vivienda y lo de los hijos, «¡buf!, ni nos lo planteamos».

http://www.gazteaukera.euskadi.net/r58-7657/es/contenidos/noticia/prentsa_soziodemogra/es_soziodem/adjuntos/Informe_mirada_sociodemografica.pdf

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