sábado, 8 de septiembre de 2007

´PSOEko jarrera Nafarroan adarra jotzea besterik ez da izan´


En vísperas de su congreso, previsto para finales de 2007 o principios de 2008, la presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, niega cualquier tipo de división en su formación, que durante los próximos cuatro años apostará por la soberanía «porque nos asegura el máximo bienestar». «Ahora no toca», se excusa cuando se le inquiere sobre si se postulará a la reelección como líder de EA.

-Varios dirigentes de EA y del PNV se han acusado mutuamente de inmiscuirse en los procesos electorales internos del otro y se han cruzado acusaciones de deslealtad en las últimas semanas.

-Sólamente lo he oído hacia mi partido y no del mío hacia la otra formación. Y eso es constatable en la hemeroteca.

-Pero el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, escribió una carta muy dura.

-Lo que hizo Azkarraga fue reafirmarse en el programa de gobierno que en su momento firmamos. Coincide en lo que es nuestra posición con respecto al debate fundamental en este país: cómo solucionamos el descontento social y la necesidad de cambios en el marco jurídico y en el de soberanía.

-La pasada semana, en Zarautz, usted arremetió contra el PNV, del que llegó a decir que sólo busca «mantener la cuota de negocio», una acusación que hasta ahora sólo hacía Batasuna.

-Se trataba de una reflexión sobre el momento de oportunidad histórica que tenemos en este país y que nos tiene que llevar necesariamente a la paz y a la normalización política. Son los objetivos que están pendientes y guiarán toda nuestra estrategia.

-Este cruce de descalificaciones enrarece las relaciones en el Gobierno tripartito.

-Nos estamos preparando para el debate sobre Política General (previsto para el viernes 28 de septiembre) y, en el caso de EA, con apoyo total al programa de gobierno firmado y al lehendakari. Otra cosa es que se quiera vender lo contrario. Por coyunturas a corto plazo, no se pueden cambiar los planteamientos según convenga. Igual, por eso otros están más incómodos.

-Da la sensación de que el fondo de la polémica entre los dos socios es una especie de alarde de mayor o menor afán soberanista.

-En EA nunca utilizaríamos la soberanía, que es un derecho del pueblo vasco, como un instrumento para otros intereses. Con algo tan serio no se juega.

-¿Y por qué defienden ustedes con tanto ahínco la soberanía?

-Lo que en Eusko Alkartasuna no va a encontrar nadie son discursos que asemejen autonomismo. Otra cosa es que legítimamente otros los puedan defender. No entra en nuestra concepción de país la defensa del autonomismo como un bien final para nuestro pueblo. Pensamos lo contrario. Desde la concepción independentista, creemos que es la soberanía lo nos asegura el máximo bienestar.

-EA está en puertas de su congreso, a finales de año o principios del que viene. ¿Cúantas ponencias finalmente habrá?

-Habrá una, a la que los militantes podrán añadir sus aportaciones.

-¿Hay consenso en torno a la estrategia política?

-Sí, desde el convencimiento de que EA aporta mucho a la política vasca y va a seguir siendo fundamental.

Candidatos

-¿Habrá más de un candidato a la presidencia del partido?

-Ahora mismo lo desconozco, porque no es el momento para ello.

-Hace un mes Iñaki Galdos, el líder en Guipúzcoa, insinuó la posibilidad de presentarse. ¿Tiene usted intención de hacerlo?

-Es algo a lo que tampoco debo responder por respeto a todos los procedimientos en mi partido. Ahora estoy centrada en marcar la estrategia para los próximos años.

-Galdos y Errazti representan dos corrientes dentro de EA y son las dos cabezas visibles...

-Sólamente hay una cabeza visible en EA que es la presidenta y la dirección nacional. Y cualquier militante de EA tiene perfecto derecho para hacer sus aportaciones, incluso para pensar que puede ser un líder magnífico.

-La transversalidad ha pasado de ser un término incluso propugnado por Batasuna a ser repudiado por EA. Usted incluso dijo que es «el señuelo del PSE para imponer sus tesis en Euskadi».

-La transversalidad es uno de esos términos que, como muchos otros, se intenta que signifiquen una cosa u otra. El acuerdo entre diferentes es bueno. El consenso democrático es necesario y lo defiendo. Pero si, para algunos, transversalidad sólo es que esté presente determinado partido y, de lo contrario, no hay nada, eso es veto. Por lo tanto, yo creo que el consenso democrático y la transversalidad no son equiparables. Lo que es importante es el principio democrático, es decir, que la mayoría decida.

-¿Cuándo y cómo cree que debe acometerse la consulta propugnada por el lehendakari?

-A ser posible, en esta legislatura.

-¿Incluso con una ETA activa?

-Sí, no puede ser que, una vez más, ETA se convierta en el agente que dirige la política vasca. ETA a quien hace daño es al pueblo vasco. Ésa será su gravísima responsabilidad, así como la de Batasuna y la de todos aquellos que, utilizando el argumento de la violencia, defiendan posiciones contrarias al ejercicio democrático y al avance en soberanía del pueblo vasco.

-¿Esperaba que Miguel Sanz repitiera como presidente de Navarra?

-La actuación del PSOE me parece una tomadura de pelo sin precedentes en política. Una cosa es defender posiciones y otra engañar para algo que ya tenían pensado, que era la no alternativa progresista al gobierno de la derecha más caciquil y retrógado del Estado español. El PSOE ha dado a esa derecha navarra el gobierno y ha desengañado profundamente a sus votantes.

-¿A qué atribuye esa actuación?

-Al miedo del PSOE frente al PP y a las elecciones generales. Pero su decisión no va a mejorar sus resultados en el Estado.

-¿Por qué tanta persistencia en un tipo del 30% en el Impuesto de Sociedades de Guipúzcoa, que al final ha quebrado la unidad fiscal en Euskadi?

-Más importante que el porcentaje, del que se derivan ingresos, es el gasto social. Se trata de apoyar a las empresas en otros ámbitos, por ejemplo la bajada que se aplica a las cooperativas. Otro aspecto tiene que ver con las subvenciones al empleo, la formación o la innovación tecnológica. Con estas ayudas aseguramos que las empresas sean competitivas, que se adapten a los cambios económicos y, de esta manera, se les exige un compromiso de permanencia. Al final, en la práctica, el tipo puede llegar a bajar al 17% si una empresa invierte en personal, en contratos fijos, en mujeres

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