lunes, 14 de noviembre de 2011

Imagino a Arnaldo Otegi lehendakari y buscando complicidades en este país

ñaki Antigüedad (Bilbao, 1955) es un histórico militante de la izquierda abertzale. Fue parlamentario en Gasteiz de Batasuna y Euskal Herritarrok, y ahora encabeza la lista de Amaiur por Bizkaia. Considera que lo más importante es ir sumando voluntades soberanistas

Iñaki Antigüedad atendió a DEIA en su despacho en la UPV el pasado viernes, el día que se publicó la entrevista a ETA y en víspera del mitin de Amaiur en Anoeta.

¿Qué opina de la entrevista a ETA?

Creo que lo que se ha podido leer entra dentro de una hoja de ruta lógica. Decir que ETA no va a estar en ninguna mesa política es algo obvio. Del desarme ya se habla en el punto dos de la Declaración de Aiete. Dicen que no son insensibles al dolor y, evidentemente, no creo que sean insensibles, pero se necesitará un tiempo para la materialización.

¿Se trató de un golpe de efecto ante el acto de Amaiur en Anoeta?

Ya me gustaría a mí que el señor Zapatero, antes de dejar La Moncloa, y como un golpe de efecto, renunciase a la Doctrina Parot, por ejemplo. Cada cual tiene una hoja de ruta y gestiona sus tiempos y si parte de ese tiempo es electoral, puede tener un valor añadido, pero vamos a dar fuerza a lo que se dice y en qué hoja de ruta va incluida.

¿Considera que hay peligro de una escisión dentro de ETA?

Algunos tenían hecho un diseño final de ETA de otra forma. Un final con rupturas internas que hubiera permitido al Estado seguir manteniendo un bloqueo. Desde el principio del debate en la izquierda abertzale algunos hicieron todo lo que tenían en sus manos en varios ámbitos, también en el judicial, para buscar esa ruptura. Lo que está claro es que una organización armada y clandestina no toma sus decisiones de la noche a la mañana. Las cosas llevan su tiempo si lo que se quiere es que los pasos dados no tengan marcha atrás y se vaya en bloque, que no haya rupturas.

¿Se han impuesto las tesis de los políticos a de los militares?

Arnaldo Otegi, en el discurso final del juicio del caso Bateragune, dijo que la izquierda abertzale había llevado una estrategia Político-Militar, PM; y es el momento en que nos sobra la M y hay que ir a la P, porque esa es la estrategia eficaz. Ese giro del trasatlántico, quitar la M de la estrategia para hacer una autocrítica importante, ha tenido resultados evidentes en el 22-M y esperemos que también en el 20-N.

¿Amaiur va a tener una presencia permanente en el Congreso de los Diputados o será puntual?

Como punto de partida tenemos que decir que no aceptamos estas instituciones estatales. No vamos a participar de forma permanente en la gestión del poder legislativo de un Estado que, en su esencia constitucional, niega el derecho a decidir, que es el eje fundamental de cualquier soberanista. No consideramos que, vía matemática parlamentaria, podamos conseguir cosas importantes para este pueblo. Si embargo, si los votos de Amaiur son necesarios vamos a estar allí, pero la probabilidad de que ello se produzca es muy pequeña. Nuestra presencia va a ser acorde con nuestro objetivo, y nuestro objetivo va a ser fortalecer el soberanismo de izquierdas en este país, y a veces hay que hacer cosas allí (Madrid) para lograrlo. Lo que nunca se va a poder decir es que algo que sea importante para los ciudadanos de Euskal Herria no ha salido porque faltaron los votos de Amaiur.

¿Por qué ahora van a ir al Congreso español cuando otras veces la izquierda abertzale ha propugnado la abstención?

En Amaiur está la izquierda aber- tzale, pero también está Eusko Alkartasuna, y cuando EA ha sacado diputados, ha estado. Seguramente EA no hace ahora el mismo discurso que cuando mandó a Begoña Lasagabaster y lo que es seguro es que la izquierda abertzale no hace ahora el mismo análisis que hace ocho años. Hace dos años la izquierda abertzale hizo un debate muy serio y está totalmente capacitada para decir que donde antes decía que no, que no son nuestras elecciones, ahora siguen sin ser la nuestras, que nunca serán las nuestras, pero iremos, aunque dentro de una hoja de ruta que tiene fecha de caducidad. Nuestro objetivo no es ir teniendo un grupo parlamentario cada vez más grande, sino fortalecer y crecer aquí. Además, estas elecciones son las que menos nos importa a los soberanistas, pero importa la secuencia, primero fueron la elecciones municipales, ahora llegan estas y por eso importan.

Hay carteles llamando a la izquierda abertzale a la abstención.

Una periodista de France Press me habló de la existencia de estos carteles, pero yo no los he visto. Los puede poner cualquiera y si es alguien de la izquierda abertzale, me parece una pataleta, aunque no seré yo quien corte la libertad de expresión. En cualquier caso me parece algo anecdótico que no nos va a sacar de un camino claramente definido.

¿Trabajar diariamente para traer competencias a Euskadi no es también una forma de hacer patria?

No voy a negar la importancia de cada una de las competencias que se han traído. La cuestión es dónde pone el límite el PNV -que cada vez habla más de un nuevo estatus y de buscar un sitio en Europa para Euskadi- a la presencia y el mendigar en Madrid. ¿Cuántos cientos de años tiene que estar el PNV en el Congreso para traer a este país no ya tal o cual transferencia, si no las herramientas para que este país pueda establecer sus políticas económicas, financieras o de infraestructuras, con el mismo grado de dependencia o independencia que con respecto a Europa tienen España o Francia?

Entonces, ¿cómo se puede ir avanzando hacia esa independencia?

El nuevo cambio de marco va a depender, y es nuestra única garantía, del respaldo de una mayoría social. Podemos ser todo lo independentistas que queramos, pero en la medida que no logremos una mayoría social, no lo vamos a poder conseguir. Nuestra garantía es buscar las mayorías sociales. Como dice Otegi: "Vence quien convence". Hay que buscar complicidades. Complicidades aquí y en Europa.

¿Su idea es ir ganado a la gente para el soberanismo?

Sí, pero a la velocidad adecuada. Nadie se va a tirar a la piscina, teniendo al lado un río. Por eso insisto en que hay que convencer y si somos muchos, y con observadores internacionales, si nos encontramos con un muro, democráticamente lo podemos derribar. Si hay posibilidades de llegar a acuerdos con el Estado para algo que no solo afecta a los vascos, sino a otras nacionalidades emergentes, bien, de acuerdo. Sino, habrá que ir a la confrontación política, y recalco lo de política.

Ha resaltado la importancia de las elecciones, ¿las que importan para la izquierda abertzale son las del Parlamento Vasco?

Esas elecciones son mucho más importantes porque hemos estado cuatro años con un Parlamento transgénico y con un okupa en Ajuria Enea. En Lakua la burbuja López se va a acabar y quedará un abanico muy abierto. Va a quedar un campo de actuación a partir del 20-N y la izquierda soberanista tiene un eje diario de actuación. Las sensibilidades políticas tendrán que ver cómo llegan a esas elecciones autonómicas, incluso con unas ciertas opciones de disputar el Gobierno. Desde el punto de la vista de la confrontación política imagino a Arnaldo Otegi lehendakari y buscando complicidades en las sensibilidades de este país. Y le imagino planteando una consulta para saber lo que verdaderamente quiere este país.

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