martes, 12 de julio de 2005

¿Hay solución?



Unai Ziarreta. Secretario General de Eusko Alkartasuna

Recibo con ilusión y cierto sentimiento de responsabilidad, el encargo de escribir un artículo para la revista de un agente social, Elkarri, que desde hace varios años viene trabajando para la consecución de la que viene siendo, desde casi 200 años, o más, la principal tarea pendiente de los vascos; la paz y la normalización política.
«Esta vez sí, esta vez sí», me comentaba el pasado fin de semana un joven que vive con verdadera pasión el debate sobre la necesidad de lograr un acuerdo que traiga la paz en nuestro País. Hay una sensación generalizada en la sociedad, debido tanto al hartazgo como a las señales que emiten los diferentes agentes implicados, de que esta vez, sí es la definitiva.

Para Eusko Alkartasuna es agradable observar la evolución en las posiciones de los diversos actores del problema, aproximándose a las defendidas por los que en su día conformábamos lo que se vino a llamar el tercer espacio. Ya en 1987 Eusko Alkartasuna hizo una llamamiento a la necesidad de conformar dos escenarios de dialogo o de acuerdo, uno para tratar las cuestiones políticas, en el cual deberían ser protagonistas las formaciones políticas, y una segunda mesa « técnica» entre el Estado y ETA, para cuestiones técnicas. Pero lejos de acomodarnos en el «nosotros ya lo dijimos», nuestro empeño se sitúa en el futuro y en el trabajo que está pendiente para lograr un escenario de paz justa y definitiva.

El planteamiento de las dos mesas, salvo excepciones, se defiende hoy con vehemencia por casi todas las formaciones, también por la izquierda abertzale «oficial», que es como se denomina, curiosamente por quienes hasta hace poco tiempo apoyaban identicas tácticas y consignas, a ese movimiento político y social que ha tenido que hacer del mortadelismo político su única vía de escape para poder representar a una parte fundamental y cuantitativamente importante de este país.

En cuanto a la mesa política se refiere, hay preguntas por responder, como por ejemplo la del lugar en que ha de estar residenciada dicha mesa, en el parlamento (en cual de ellos) o en otro lugar. La respuesta no la tiene nadie, y serán las propias circunstancias y dinámicas las que nos lleven por una u otra vía, posiblemente un compendio de todas ellas. En todo caso, lo importante es su concreción.

Conviene también aclarar la responsabilidad de cada cual en la pacificación, que no tanto en la normalización política. No parece justo repartir responsabilidades en la cuestión de la violencia, ya que poca o ninguna responsabilidad tenemos quienes siempre nos hemos opuesto a su ejercicio. Y tampoco parece justo condicionar la legitimidad en la defensa de las posiciones políticas de formaciones como la nuestra, abiertamente independentistas, a ceses definitivos de quienes buscan, por vías ilegítimas, objetivos políticos que coinciden con los nuestros.

Se debe dar paso a soluciones concretas. Para ello hay claves consensuadas, al menos tácitamente, por la casi totalidad de los protagonistas: renuncia a la violencia, fin de la dispersión, las torturas y la ilegalización de formaciones políticas, respeto a la decisión de las tres situaciones administrativas que actualmente conforman Euskal Herria (CAV, Nafarroa e Iparralde), respeto a la pluralidad de la sociedad vasca, y posibilidad de que todos los proyectos se puedan llevar a la práctica, si cuentan con el apoyo de la ciudadanía; en resumen, garantizar la defensa y el desarrollo de todos los Derechos Humanos.

En este nuevo tiempo político, en esta segunda transición, debemos ser capaces de lograr acuerdos que logren la normalización, acuerdos que para Eusko Alkartasuna han de versar básicamente sobre la territorialidad, y sobre el reconocimiento de la soberanía entendida como capacidad de decisión en torno a la relación con los Estados de España y de Francia. Tenemos que ser capaces de poner las condiciones necesarias para que además de poder hablar de conceptos como la independencia, en su caso, y si obtuviera el respaldo mayoritario de la sociedad, esa voluntad pudiera hacerse efectiva.

Desde Eusko Alkartasuna, seguiremos participando en todos aquellos foros que ayuden a buscar una solución: Elkarri, Foro de Debate Nacional, Parlamentos de Gasteiz, Iruña, Madrid y Bruselas, Ayuntamientos, y como no, en la calle. Sin olvidar que la Paz tiene que ver con la normalización, la normalización con la Justicia y la Justicia con el respeto a todos, repito a todos los Derechos Humanos.

http://www.elkarri.org/publicaciones/revistas/object.php?o=2118&p=/revista/revista.4.php

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