domingo, 24 de septiembre de 2006

«Frustrar las expectativas de la sociedad vasca en torno al proceso sería nefasto»


El 'número dos' de EA cree que en breve se producirá «un avance» tras la «parálisis» del verano y llama a superar las «situaciones de riesgo»
MANU RUEDA m.rueda@diario-elcorreo.com/VITORIA


A pesar de la resistencia de «voces aisladas» dentro de la militancia guipuzcoana, el secretario general de EA, Unai Ziarreta, deja claro en esta entrevista que la decisión de la ejecutiva de concurrir en solitario a los próximos comicios locales y forales de mayo está «asumida» y el debate, «zanjado». A partir de mañana, su partido comenzará la confección de listas para una carrera electoral en la que tendrá que diferenciarse de su, ahora, adversario político, el PNV.

-El proceso de paz atraviesa, según todos los actores, una situación muy delicada. El PSE dice que no se sienta con una Batasuna ilegal y ésta que no se legaliza. El Gobierno, sin garantías de que ETA vaya a dejar las armas, no está dispuesto a dar pasos. ¿Cómo se rompe este empate infinito?

-Con voluntad. Hay un intento de algunas formaciones de sacar rédito político al proceso de paz, lo que me parece una irresponsabilidad. Asimismo, el Partido Socialista pretende obstaculizar la puesta en marcha del proceso y dosificar los tiempos. Ahí encaja su negativa a derogar la Ley de Partidos, así como la prohibición de manifestaciones, la actuación del Poder Judicial o el mantenimiento de la dispersión de los presos. El desbloqueo se produciría con la activación de la mesa de partidos. La falta de este foro está distorsionando innecesariamente el debate y generando una cierta inseguridad en la sociedad.

-Batasuna ha pedido un preacuerdo con compromisos como posible salida.

-Es preciso pasar de las conversaciones bilaterales a un foro multilateral, donde habrá que llegar a acuerdos en cuanto a métodos antes de sentarnos si no queremos que la sentada dure tres segundos. Hay que sentarse con garantías y, para ello, se necesita un trabajo previo para el que hace falta voluntad, que no tiene el PSOE porque posee un interés claro en prorrogar la puesta en marcha de la mesa.

-¿Se han intercambiado ya guiones con propuestas concretas entre los partidos de cara al foro multipartito?

-Sí. La sociedad tiene que percibir que se está trabajando y así se está haciendo. Tengo la percepción de que en breve va a haber un avance sobre la parálisis sufrida en verano.

-¿En esa transacción de documentos están participando todos los partidos?

-Todos excepto el PP.

-El presidente del Gobierno dijo que estamos en semanas trascendentes.

-Creo que sí, aunque estamos retrasando permanentemente la conformación formal de esa mesa de partidos. Espero que no se demore más allá de octubre.

-¿Y el bloqueo del que habla Batasuna?

-Existen problemas, pero se está avanzando.

-Parece poco serio trasladar la imagen de que se ha construido un proceso de paz sobre sobreentendidos.

-De algo habrán estado hablando en el norte de Europa para llegar a esta situación de alto el fuego. Se tienen que dar pasos por ambas partes con naturalidad, así como gestos de distensión. Lo que ocurre es que hay un intento por parte del Gobierno del Estado español de dilatar la situación. Es decir, esperar mejores acontecimientos para sacar rédito electoral a un proceso en el que tampoco dudo que tenga voluntad de entrar.

-Se puede decir lo mismo de que todo el mundo ha asumido que será un proceso largo, duro y difícil, y al sexto mes se cuestiona ya su fragilidad. Han preparado a la sociedad para que tenga paciencia y soporte altibajos y dientes de sierra, pero en medio año se habla ya de posibles rupturas. Tampoco parece serio.

-Quizá estemos ahora atravesando una situación en la parte baja del diente de sierra, pero no me cabe ninguna duda de que vamos a ser capaces de superarlo. Hay situaciones de riesgo como la huelga de hambre de Iñaki de Juana Chaos o los rebrotes deleznables de kale borroka, pero creo que son las dificultades a las que siempre hemos hecho referencia que podrían producirse. La sociedad tiene que estar firme, con preocupación, pero también con confianza.

-Cree, entonces, que el proceso es irreversible.

-Quiero creer que es irreversible y que los partidos, los agentes, el Gobierno y ETA lo hagan irreversible.

-Da la sensación de que en la cocina del proceso los chefs pertenecen al PSE, Batasuna y el PNV, mientras el resto ejerce el papel de pinches.

-No estoy de acuerdo. Nosotros nos hemos reunido y hemos hecho aportaciones con Batasuna, el PNV y el PSE. En EA no nos sentimos en absoluto excluidos; al contrario, pensamos que nuestras aportaciones se están teniendo en consideración.

-Una única mesa multipartita, incluida Iparralde, suena utópica.

-Hemos defendido siempre la necesidad de que esa mesa de partidos se articule en un único espacio, bien directamente o que sea la que coordine otras realidades u otros foros que puedan surgir en las diferentes realidades administrativas en las que, por desgracia, está dividida Euskal Herria.

-¿Tiene la sensación de que los ciudadanos no soportarían una nueva frustración?

-Sí, pero la vida sigue. Los vascos estamos acostumbrados a sufrir. Es cierto que una frustración de las expectativas sería nefasta, pero tengo mucha confianza en este pueblo y su capacidad para superar cualquier tipo de situación que se pueda dar.

-La kale borroka se está generalizando.

--No aporta nada al proceso. Al contrario, sirve para generar más tensión y crispación.

Sin ambigüedades

-Pronto comenzará la carrera hacia las elecciones municipales y forales de mayo de 2007. ¿Por qué rompe EA una decisión repetida desde hace siete años de acudir en coalición con el PNV?

-EA no decide romper nada. Lo que hay es una decisión autónoma y soberana de un partido para presentarse en las próximas elecciones. Ha habido comicios en los que nos hemos presentado en coalición sin que ello suponga crear ninguna estructura permanente. Y ha habido otros, como éste, en los que hemos pensado que es más adecuado concurrir en solitario. Sin que ello suponga romper nada, porque mantenemos todos los compromisos que tenemos con el PNV en torno a las instituciones.

-¿Cómo se explica que el 'número dos' de su partido, es decir, usted, piense lo contrario que la 'número uno', Begoña Errazti, en un asunto de estrategia política?

-La ejecutiva es un órgano democrático, en el que la gente está para dar sus opiniones. En este tema, como en otros, coincidimos o no. En todo caso, una vez que la ejecutiva toma una decisión en uno u otro sentido, ésta es asumida por todos. Y, sobre todo, una vez que la asamblea nacional rubrica el acuerdo de la ejecutiva, el asunto ya está zanjado.

-¿Por qué se ha esperado tanto para tomar la decisión?

-No se ha esperado tanto. Es un debate abierto el pasado mes de diciembre, que se ha tratado en diferentes ejecutivas y foros para contrastar opiniones hasta llegar a una decisión.

-Es difícil de creer que un proceso tan largo y ajustado -la decisión salió adelante por diez votos contra nueve- no haya dejado cicatrices.

-Yo creo que no. Hay unidad absoluta en cuanto al papel de liderazgo claro que en EA tiene la presidenta, Begoña Errazti.

-Sin embargo, algunos guipuzcoanos dicen que el debate acaba de abrirse.

-Son voces aisladas con una representación muy limitada. Toda la ejecutiva ha asumido la decisión y tenemos que remar en el mismo sentido.

-¿Quién cree que pierde más concurriendo en solitario, el PNV o EA?

-Ninguno de los dos. Quien gana es la sociedad, porque tiene derecho a que se le oferten con nitidez diferentes opciones electorales. En otras ocasiones se han producido circunstancias de excepcionalidad que hacían que EA y el PNV vieran más conveniente ir en coalición, que hoy no se dan.

-Algunas voces del PNV han sido muy críticas con su decisión, principalmente desde Álava y Guipúzcoa, y algún dirigente peneuvista dice, incluso, haber sentido alivio.

-Puede ser. A veces han realizado planteamientos un tanto confusos hacia la ciudadanía en cuestiones para nosotros trascendentales, como pueda ser la cosoberanía o, en el ámbito social, su apoyo a la Constitución europea, al que nosotros nos opusimos porque veíamos a lo que nos puede conducir, por ejemplo, en materia de deslocalización. Es decir, hemos ido con el PNV, pero poco o nada tiene que ver sociológicamente con lo que es un militante de EA. Somos un partido independentista que dice las cosas con claridad en todos los sitios frente a ambigüedades.

-Hay quien piensa que pueden desaparecer del panorama político.

-El riesgo que corre EA no es mayor que el que tenga cualquier otra formación. Las elecciones, precisamente, son confrontaciones para testar los apoyos que el trabajo de una formación política ha hecho a lo largo de los años. Hay que ver si las propuestas de un partido calan en la sociedad. Y a mí no me cabe ninguna duda de que las nuestras sí lo hacen porque sociológicamente Euskal Herria tiene planteamientos claramente abertzales y progresistas o socialdemócratas.

-Proceden de una escisión de un partido de centro-derecha y, sin embargo, actualmente sus demandas coinciden más con las de la izquierda abertzale. ¿Cómo justifican esta evolución?

-En EA militamos muchas personas que no lo hemos hecho en el PNV. EA surge con unos planteamientos claros de defensa de los derechos nacionales, pero también en defensa de unos derechos sociales y con un modelo social claro, que es el de la socialdemocracia. Somos un partido que nos movemos en un ámbito de izquierda nacional vasco. Por planteamientos, por coherencia, a mí no me gusta que determinadas formaciones asuman como propio el concepto de izquierda abertzale. La izquierda abertzale en este país es muy plural. EA, sin radicalismos y sin extremismos, está dentro de esa izquierda.

-Precisamente, el trabajo codo con codo con Batasuna en foros comunes como el de debate nacional, ¿les puede beneficiar o perjudicar de cara a las elecciones?

-Nosotros hacemos una apuesta de responsabilidad y de país, que es la de traer la paz. Nos ha supuesto críticas de algunos partidos que no han aportado nada en todo este proceso, y ahí están los resultados: desde el 22 de marzo tenemos una situación de alto el fuego. Son argumentos suficientes para que la ciudadanía nos dé su apoyo en los próximos comicios.

-Ahora que Aralar y EB plantean coaligarse, ustedes hacen lo contrario. Parece que todo el mundo se prepara para un escenario futuro sin violencia.

-No sé a qué obedecen los motivos de la coalición entre formaciones, en principio, tan divergentes y de orígenes tan dispares como Aralar y EB. Nadie duda de que aquí va a tener que producirse una recomposición de los espacios tras el alto el fuego.

-El PNV y EA son dos fuerzas que han compartido un mismo espacio, ¿qué mensaje les va a diferenciar?

-Si nos caracterizamos por algo es por decir lo mismo en todos los foros, en Bilbao, en Iruña o en Madrid. No cambiamos de mensaje según cuál sea nuestro interlocutor. Nosotros, frente a valores como la competitividad a toda costa, abogamos por una sociedad sostenible, más justa y solidaria, en la que el crecimiento ecónómico tenga una correlación en crecimiento social. Para nosotros, tan importante como la construcción nacional es la construcción social. Queremos más autogobierno porque es sinónimo de más bienestar.

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