domingo, 26 de agosto de 2007

«un pragmatismo vacío de contenido perpetúa situaciones injustas»


Joseba Azkarraga (EA) templa sus palabras desde Argentina, a donde ha viajado esta semana para firmar algunos convenios como consejero. Desde el invierno austral las «tormentas de verano» del tripartito se perciben lejos. Pero el ruido llega. El consejero de Justicia, todo un veterano en la correosa política vasca, matiza con cuidado sus opiniones y replica a Josu Jon Imaz, presidente del PNV, que «el nacionalismo no puede avanzar por vías ficticias de transversalidad» y que «un pragmatismo vacío de
contenido perpetúa situaciones injustas».

-Dice Josu Jon Imaz que usted «ha demonizado el pragmatismo y la transversalidad» y que es una paradoja que lo haga siendo el consejero de Justicia y habiendo aprobado en su día el Estatuto del 79.

-No demonizo nada. Lo que hago es plantear mi opinión respecto a un pragmatismo vacío de contenido que lo que hace es perpetuar situaciones injustas. Y por supuesto que defiendo el esfuerzo negociador que en su día realizaron Carlos Garaikoetxea y Adolfo Suárez para cerrar el Estatuto de Gernika. Ese esfuerzo lo ha realizado también el lehendakari Ibarretxe y su gobierno, al que me enorgullezco de pertenecer, sin obtener ninguna respuesta positiva. Porque Suárez tuvo voluntad de pacto, que es lo que no
tiene hoy el PSOE.

-¿Pero cómo se avanza en el autogobierno vasco a través de la ´confrontación´ con el Estado?

-Hablo de la confrontación democrática y no de la confrontación que se practica en Euskadi cuando, por ejemplo, se rechaza una propuesta política sin posibilidad alguna de debate. Y eso es lo que pasó cuando PSOE y PP dieron un portazo en el Congreso a la propuesta de nuevo Estatuto. Eso supone denunciar pacífica y democráticamente situaciones que no pueden seguir produciéndose.

-Imaz también le pregunta qué posibilidades efectivas de adhesión social tiene su hoja de ruta y si incluye acciones de desobediencia...

-Preciso que en ningún momento he hablado de acciones de desobediencia. Está claro que nada se hará sin la adhesión de los ciudadanos. Estoy seguro de que el señor Imaz se habrá preguntado por las razones del retroceso del nacionalismo pragmático en las últimas elecciones municipales. Entiendo que habrá que buscar la adhesión social sintonizando con los deseos y las aspiraciones de la mayoría de los ciudadanos vascos.

-Pero sus declaraciones han sido duramente criticadas por los dirigentes del EBB y han sido consideradas como una irresponsabilidad, que «falta al respeto al PNV». ¿Qué opina de esta reacción?

-Nunca me inmiscuiré en lo que debe ser el debate y la reflexión de otro partido, y si así ha sido entendido por alguien, pido disculpas porque ésa no ha sido mi intención. En momento alguno me he referido al PNV, ni tampoco, como se ha trasladado interesadamente, a su presidente. He hecho uso de mi libertad para manifestar con la mayor claridad posible mi apuesta por un nacionalismo moderno que no puede entrar en colisión con la defensa firme de los objetivos finalistas. En todo momento me he referido a lo que desde mi punto de vista debe ser el camino a recorrer por el nacionalismo. Y ha sido así porque el debate interno de un partido se estaba trasladando por parte de algunos de sus miembros al conjunto del nacionalismo. Por tanto, que nadie se ponga nervioso ni intente trasladar sus debates internos al conjunto del nacionalismo y por tanto tampoco a EA. Exijo que nadie hable del nacionalismo como si fuera un patrimonio exclusivo de un partido, por muy importante que éste sea.

«Lealtad fuera de duda»

-¿Considera que ha sido «desleal» al tripartito?

-Absolutamente no. Al tripartito se le defiende en el día a día, cumpliendo con el programa pactado, y no con declaraciones más o menos interesadas. La lealtad mía como consejero y la de mi partido está fuera de toda duda.

--El PNV recuerda que es el partido mayoritario de la coalición de gobierno. ¿Se trata de un aviso para navegantes?

-Nadie pone en duda lo que cada uno representa en este Gobierno ni en el país, pero ello no da patente de corso para ningunear al resto de fuerzas políticas, cualquiera que sea su representación. No es de recibo que el señor Urkullu se refiera en una nota de prensa de manera peyorativa a la diferencia de representación de EA en relación a su partido, ignorando que esa representación de EA es la que ha permitido que el diputado general de Gipuzkoa o el de Álava no sean del PSE sino del PNV. Por tanto, es necesario ser más humildes y reconocer que nadie, sin la colaboración de otros, puede dirigir en exclusiva los destinos de este país. Todos somos necesarios.

-¿Cómo recuperar la confianza que parece muy erosionada?

-No tengo duda alguna de que esa confianza va a fortalecerse, pero para ello es necesario el respeto mutuo entre fuerzas políticas diferentes. Es más, lo ocurrido en Navarra nos debe obligar a PNV y EA a profundizar en esa confianza y en un trabajo conjunto desde proyectos políticos diferentes. Gipuzkoa y Álava son un ejemplo de cómo debemos actuar y no tengo dudas de que ese será el camino que vamos a recorrer.

-¿Están ustedes intentando condicionar el debate interno del PNV al decantarse por la línea de Egibar frente a la de Imaz?

-Mire, lo que ocurra en el debate interno del PNV no le voy a decir que no me importa nada y que unas posiciones puedan ser más coincidentes o distantes con las posiciones ideológicas de EA, pero ése es un debate que debemos respetar y así lo estamos haciendo. Repito lo dicho anteriormente en el sentido de que una cosa es el debate partidista y otra muy diferente las posiciones que cada uno defendamos en relación al conjunto del nacionalismo.

«Capacidad de veto»

-¿Pero se decanta usted por alinearse con Ibarretxe frente a Imaz? ¿Por qué entra en este terreno de supuesta confrontación?

-No he entrado en confrontación alguna. He manifestado lo que desde hace tiempo viene diciendo EA. El PNV hará lo que crea que debe hacer, pero el nacionalismo no puede avanzar por vías ficticias de transversalidad que suponen dar la capacidad de veto a algunos de los partidos de ámbito estatal. Sin duda hay que trabajar por el mayor de los consensos, con todos, pero eso no debe suponer que si éstos no se alcanzan aquí no se mueve nada. En ese caso, es hora ya de aplicar las reglas de las mayorías. Esto es lo que yo defiendo y ello no supone apostar por nadie en el debate interno de otro partido político diferente al mío. Supone apostar por unaforma de entender mi país. Existe toda una generación de vascos que no participaron en el debate estatutario de hace casi 30 años y que tienen derecho a participar de un nuevo consenso para el logro de un nuevo marco jurídico-político.

-¿Ve usted en riesgo el gobierno PNV-EA-EB?

-Comparto con el lehendakari que este Gobierno, y fundamentalmente la relación PNV-EA, tienen mucho futuro por delante. Tengo ese convencimiento, y más aún viendo cuál ha sido la actuación del PSOE en Navarra, que poco se diferencia del PSE. Este gobierno, teniendo como cauce central al PNV y a EA, tiene un largo recorrido ante sí. Mi apuesta clara es que tras el 2009 se conforme un gobierno de estas características.

-Da la impresión de que a un sector del nacionalismo, el más soberanista, le viene muy bien tener como adversario a un gobierno del PP, por ejemplo

-El problema es que Zapatero está adoptando las mismas posiciones, con respecto a nuestro pueblo, que el Partido Popular. La única diferencia es que lo hace sonriendo. En sus casi cuatro años de gobierno ni ha restablecido el respeto a los derechos y libertades que fueron conculcados en las reformas legislativas del Gobierno Aznar con el respaldo del PSOE, ni ha mostrado el más mínimo respeto a las decisiones acordadas por el Parlamento Vasco. Debemos recordar que el nuevo Estatuto fue rechazado en las Cortes sin posibilidad de debate. Por tanto no es cómodo ni agradable confrontarse constantemente con los demás, pero si es necesario en el debate libre de las ideas confrontarse con el nacionalismo español, no nos debe temblar el pulso para hacerlo.

-¿Una mayoría del 51% serviría para legitimar un nuevo marco político?

-¿Considera usted más democrático que un 45% que se niega a llegar a ningún acuerdo pueda impedir un cambio?

-¿Para usted los acuerdos transversales entre nacionalistas y no nacionalistas son inviables y resultan «equilibrios imposibles»?

-Yo no estoy en desacuerdo con la transversalidad política. El país lo debemos construir entre todos. Pero transversalidad no significa que el PSOE o el Partido Popular impongan su convicción jacobina. Algunos confunden entendimiento entre diferentes con obligados trágalas al adversario. Me pregunto dónde vamos a ir con un PSOE que deja el Gobierno de Navarra a la derecha más cerril antes de pactar con el nacionalismo. No puedo compartir una transversalidad vacía y menos con partidos que niegan derechos básicos de nuestro pueblo. Pactar por pactar no lleva a lado alguno.

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