domingo, 21 de octubre de 2007

José Luis o Mariano


ZAPATERO o Rajoy, PSOE o PP. Desgraciadamente el tiempo demuestra que al final, ya sea al mando o desde la retaguardia, la derecha mueve a su son la política de Navarra y del Estado. El PSOE está empeñado en trasladar que en marzo lo que se decide es si gobierna José Luis o Mariano; y están convencidos (lo dijo el gran estadista socialista Pepe Blanco) de que Navarra va a querer a José Luis. Pues bien, como es lógico aventurar, no votaré a ninguno de los dos, pero si entre ellos hubiera que elegir, es como para no tenerlo claro.

Maiorga RamÍrez

Es evidente que ambos sitúan el grueso de su acción política en las largas avenidas de Madrid, y por encima de lo que nos pueda interesar a la humilde ciudadanía de provincias, lo que ha de primar en todo momento son sus intereses centralistas; por encima de la izquierda o de la derecha, siempre estará Madrid.

El PSOE y Zapatero lograron en un principio hacer creer que las cosas podían cambiar, utilizando la verdad frente a la mentira, y voceando que por fin venía la izquierda. Sin embargo, han fracasado rotundamente tanto la capacidad del PSOE de profundizar en la democracia desde los valores de izquierda, como su disposición de gestionar la realidad de un Estado plurinacional. Es cierto que pareció atisbarse en él un conato de gesto en este sentido; pero ante los primeros rugidos de la derecha se achantó y tornó su talante en la ambición de demostrar que Aznar se quedó corto en su trasgresión de derechos civiles y políticos. Así, ha regalado Navarra a la derecha; la Mesa Nacional de Batasuna, con la que mantenía contacto hasta mayo, ha sido encarcelada (como en la etapa Aznar); el lehendakari Ibarretxe procesado por reunirse con ellos (lo de Patxi López era diferente); si al Gobierno vasco se le ocurre consultar a la ciudadanía, voces del PSOE amenazan con mandar a la policía para impedirlo; y mientras, por desgracia, ETA seguirá actuando siendo la mejor baza electoral tanto del PSOE como del PP. ¿Zapatero o Rajoy?

Con cierta facilidad, se puede constatar quién ha marcado y ha dirigido la agenda política (e incluso la judicial) del conjunto del Estado en los últimos meses: son las tesis rancio-españolas de la derecha. En Navarra, cuando las formaciones del cambio estábamos en disposición de cerrar un acuerdo para conformar un Gobierno de Progreso intervino Madrid, donde se acordó que seguiría gobernando la derecha a cambio de que el PSN obtuviese puestos como la Presidencia del Parlamento y la de las mancomunidades, algo que no parece lógico que corresponda a la tercera fuerza de la Comunidad. Y a cambio de caramelos la dirección del PSN entra en un sopor propio de quien le invitan a un banquete. Así, permitirá que la minoría UPN-CDN saque adelante los presupuestos, consentirá un trato preferente a sus sindicatos afines, obviará el debilitamiento del sector público y utilizará el euskera y el sentimiento vasco para justificar sus posiciones. Todo sigue igual. ¿José Luis o Mariano?

El PSOE-PSN tuvo en Navarra uno de sus actos electorales más importantes en la carrera para revalidar a toda costa su presidencia en el Gobierno del Estado, "sacrificando" la posibilidad de gobernar en esta comunidad a cambio de una 'supuesta' estabilidad institucional. No le importaron las ansias de cambio de la ciudadanía en Navarra, que requiere un impulso del ámbito social; ni la traición a su propia palabra de la que se sirvió para pedir el voto; ni la visualización de un conchabeo por el cual se reparte cómodos puestos con UPN.

Difícilmente se puede plantear, incluso desde el ámbito literario, un fraude político y social mayor que el cometido por el PSOE a la ciudadanía navarra. Por lo tanto, seguro que Rajoy, más claro, nos hubiera ahorrado la tragicomedia del verano, ya que nadie hubiera creído en él si hubiese utilizado un slogan electoral como "en Navarra tú decides", ni tampoco se le hubiera ocurrido responder zalameramente a Uxue Barkos que el futuro de Navarra se decidiría en Navarra. El resultado, el mismo, pero sin disfraces ni tapujos.

Mientras al PSOE le resulten tan ajenos los valores democráticos de la izquierda, y no se proponga acabar con las estructuras ideológicas franquistas, todavía hoy, vigentes en muchos ámbitos no habrá diferencia entre lo real y la copia. Porque con lo real las posiciones son conocidas, y la copia, en este caso, por muy encantadora de serpientes que se crea, depende siempre de su matriz. Por ello, mientras que el PSOE no sitúe al frente de su dirección y su acción política a personas capaces de arrostrar los embates de la derecha y de impulsar una política social desde convicciones de izquierda, estaremos abocados a que todo siga igual.

Por eso desde Nafarroa Bai estamos convencidos y queremos trasladar que lo que se decide en las elecciones de marzo no será si José Luis o Mariano serán elegidos presidente. Lo que se decide en marzo es la exigencia del respeto a las urnas de nuestra Comunidad y la auténtica posibilidad de que Navarra cambie hacia el progreso. Lo que está en juego es la dignidad de Navarra, que no acepta que Madrid le imponga a sus gobernantes, como si de un gobernador franquista se tratara. Si logramos revalidar el objetivo de ser segunda fuerza, consiguiendo dos congresistas y representación en el Senado, haremos más difícil que se repita un nuevo fraude en nuestra Comunidad y le diremos claramente a Madrid que en Navarra los navarros decidimos.

(*) Presidente de EA en Navarra y portavoz de Nafarroa Bai

Se puede constatar quién ha dirigido la agenda política del Estado: son las tesis rancio-españolas de la derecha

El PSOE y Zapatero lograron hacer creer que las cosas podían cambiar, utilizando la verdad frente a la mentira

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