martes, 19 de septiembre de 2006

e-democracia ¿dos modelos?


Aquellos que pensamos que conviene avanzar en la búsqueda y la experimentación de nuevos mecanismos de participación, como vía de mejorar la calidad de la democracia y su capacidad de dar respuesta a los problemas que genera la convivencia colectiva, deberíamos ser capaces de demostrar que participación y eficiencia no son conceptos contradictorios, sino que, cada vez más, son conceptos complementarios.

La ciudadanía será capaz de aceptar y compartir decisiones que incluso afectan negativamente a alguno de sus intereses si considera legítima la vía por la que se ha llegado a tomar esa decisión.

Eficiencia y participación no son contradictorias, son absolutamente complementarias y cada vez se irán convirtiendo en más y más inseparables.

Hacia qué democracia avanzamos

Las TIC parecen ofrecer la realización de un sueño largamente buscado; la máxima descentralización posible sin perder el control. Estamos asistiendo a la transformación de muchas democracias en burocracias informatizadas “infocracias”.

El uso de las TIC más que reforzar la capacidad de presencia y de intervención de la ciudadanía en los asuntos colectivos podría acabar reforzando la capacidad de control y de autoridad.

La realidad ha sido, en general, la de tratar de usar las TIC como mecanismo que permita una mejor adaptación del sistema político con relación al nuevo entorno, pero sin que ello signifique un cambio en el modo de funcionar.

Los tipos de aplicaciones surgidos de las TIC (websites, boletines electrónicos, listas de correos, blogs, wikis, votaciones electrónicas....) se han dirigido a relegitimizar a las instituciones políticas a través de métodos más sofisticados de gestión de la información, marketing y comunicación política.

En general la comunicación es unidireccional, e incluso cuando existe la posibilidad de la bidireccionalidad, el control del medio y la decisión sobre la oportunidad o no de tener en cuenta las opiniones ajenas, recaen sobre el aparato del partido o la dirección de la institución.

No existe una voluntad de ir más allá de una democracia que se centra en unas reglas procedímentales y en una visión muy estricta del principio de representación (partidocracia), sin demasiada voluntad de experimentar formas de relación democrática novedosas.

Hacia cual nos gustaría acercarnos

Las decisiones en democracia se cargan de valor y significación, más sobre la base de la transformación que sigue a la deliberación, que sobre la simple agregación de preferencias.

Toda incorporación de las TIC a los procesos de toma de decisiones públicas debería tener en cuenta ese profundo carácter deliberativo de la democracia.

Las TIC deben proporcionar mecanismos que garanticen y aseguren la deliberación y que canalicen opiniones y debates.

Si combinamos potencialidades de las TIC para avanzar hacia formas de democracia directa hasta hoy inexploradas, con la necesidad de contar con mecanismos que aseguren la deliberación con opiniones y debates hacia formas pragmáticas de tomar decisiones, llegaremos a repensar nuestra actual democracia.

Los partidos políticos deberían cambiar su forma de operar. Los partidos políticos son hoy organismos relativamente cerrados y muy volcados a la ocupación de espacios institucionales, predominando la presencia mediática de los lideres que comunican constantemente los mensajes a afiliados, votantes y ciudadanía.

La labor de cocina se realiza de manera poco transparente, centrada en los cuadros políticos junto con los intereses que se logran canalizar o representar.

EL papel de las ideas, de la capacidad de convencer al entramado social próximo sería esencial, reduciéndose en cambio el papel de la disciplina de partido.

El ámbito local parece el más apropiado para ir profundizando en experiencias participativas intentando integrar nuevas realidades y comunidades que surgen fuera de un sistema político entendido como tradicional y cada vez más obsoleto.

En este contexto las TIC pueden ocupar un papel central que fomente la participación y la capacidad de implicación de la ciudadanía en la transformación de la realidad.


Bibliografía

Democracia digital. Heriberto Cairo Carou
Editorial Trotta. ISBN.-8481645494
www.trotta.es

La mano invisible. Joaquín Estefanía
Aguilar. ISBN.- 8403096763

En busca de la política. Zygmunt Bauman
Fondo de cultura económica. ISBN.- 9505573634
www.fce.com.ar

La corrupción municipal. José Manuel Urquiza
Editorial Almuzara ISBN.- 8496416518
www.editorialalmuzara.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy interesante lo que planteas, pero cómo se hace para romper con la brecha tecnológica para que todos puedan participar por igual. Mecanismos como el televoto puedes ser de sencilla implantación, pero luego cómo se hace para que la ciudadanía esté pendiente de opinar con el máximo volumen de información en cada asunto que se debata, es decir, no terminaríapor convertirse enla democracia de unos pocos (aunque mas que con la de los partidos).