jueves, 5 de julio de 2007
Intervención de la portavoz de EA, Begoña Lasagabaster, en el debate de política general
Quisiera en nombre de Eusko Alkartasuna expresar nuestro afecto a las familias de todas las víctimas del atentado de Yemen.
Sr. Presidente: No vamos a rehuir mencionar la cuestión de ETA, ni el mal llamado “conflicto vasco”. Siempre hemos expresado nuestras posiciones en esta Cámara de forma sincera, coherente y honesta, quedándonos a veces muy solos, pero no vamos a contribuir a que ETA sea el centro de este debate por cuatro razones:
1- Porque no vamos a hacer publicidad de ETA y convertirle en protagonista de la vida pública.
2- Sobre ETA solo las cuestiones técnicas para su disolución. Las cuestiones políticas solo pueden hablar los representantes vascos y se respetará lo que decidan ellos y los ciudadanos a los que representan. Hablar de ETA y POLITICA, como algunos pretenden en este debate, es un GRAVE ERROR.
3- Porque para ser eficaces y conseguir la desaparición de la violencia, se requiere colaboración, discreción y no actuar con intereses partidistas, lo que no quiere decir que en el ámbito privado sea obligado hacer un análisis de lo ocurrido y aprender para el futuro.
4-Porque nunca haremos lo que en el pasado nos hicieron cuando intentamos explorar y resolver esta dramática situación.
Y vayamos al Debate.
ESPERANZA y CAMBIO fueron los conceptos que inspiraron el Debate de su Investidura, conceptos que tanto Usted mismo, como la gran mayoría de los portavoces utilizamos para expresar el hartazgo y la voluntad de romper con una etapa de Gobierno anterior que impuso un retroceso democrático y un repliegue alarmante de derechos y libertades.
Para Eusko Alkartasuna, el balance de esta Legislatura es desigual. Cierto que existen aspectos positivos en los que el Gobierno ha contado con nuestra colaboración, pero en los RETOS y PRIORIDADES de gran calado, que frenan nuestro avance hacia un verdadero Estado democrático y plurinacional, algo que quedó pendiente desde la transición; poco o nada hemos avanzado. Una oportunidad perdida que nos obliga a reflexionar sobre las nuevas etapas y el futuro de este Estado.
Hemos apoyado, entre otras, obviamente no las puedo citar todas, sus políticas en materia de nuevos derechos civiles, compartimos la nueva orientación de la política exterior, trabajamos en la ley contra la Violencia de Género.
Pero, Sr. Presidente del Gobierno, en otras materias, sus actuaciones aunque con pequeños matices, casi de cosmética, han seguido el mismo trayecto que el Gobierno del PP.
La falta de lealtad de su Gobierno hacia la letra y el espíritu del Estatuto de Gernika, se ha mantenido de forma constante. La ausencia de transferencia de 37 competencias, que supondrían casi un 40 por ciento más de autogobierno, en materias tan importantes como la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, política penitenciaria, Investigación Científica y desarrollo tecnológico, se han convertido en un clásico. Ante nuestras reiteradas reivindicaciones han llegado al extremo de no molestarse, siquiera, en justificar su falta de cumplimiento y nos han habituado a escucharles decir simplemente, “porque no queremos”.
La Ley de Partidos, ha sido igualmente materia común entre ustedes y el PP. Una Ley que a lo largo de su aplicación estos últimos 5 años ha generado gravísimas consecuencias, no solo limitación de los derechos de participación y asociación, sino también en la división de poderes y en principios claves como proporcionalidad, seguridad jurídica e interdicción de la arbitrariedad
Y entramos en los PROBLEMAS estructurales, la JUSTICIA y la forma de organización del ESTADO.
El Poder Judicial, como poder se encuentra en una situación dramática, como resultado de no haber sufrido los efectos de la transición. La valoración para la opinión pública española es muy negativa. Un ejemplo: El barómetro del CIS, de 26 de diciembre, señala que el 56,3 por ciento de los ciudadanos confía poco o nada en la justicia y el 84,1 opina que los jueces no aplican las leyes por igual para todos.
No son ajenos a estos datos, los espectáculos diarios que nos ofrece la Audiencia Nacional y el Consejo General del Poder Judicial, y últimamente el feroz ataque dirigido contra el Tribunal Constitucional.
En esta materia, sea por miedo escénico, sea porque no se han atrevido a hacer en 3 años lo que se debió hacer mucho tiempo atrás, lo cierto es que vamos MAL. Esta iba a ser la Legislatura de la JUSTICIA, de la puesta en marcha de una nueva Oficina Judicial moderna, del establecimiento de la segunda instancia penal, de Consejos de Justicia autonómicos y del respeto a las lenguas oficiales propias o la presentación de una nueva Ley de Enjuiciamiento criminal.
Pero es una Legislatura perdida para la JUSTICIA.
Y mis últimas palabras se referirán a la organización del Estado, a su futuro, y a cómo afrontar la solución de respeto a las naciones que lo componen.
Y hablo en términos de futuro porque resultaría melancólico recordar tantos esfuerzos gastados para resolver esta cuestión; solo mencionar en esta Legislatura el portazo dado a una propuesta del Parlamento vasco que no difería en tanto de otras, que sí tuvieron acogida al menos para el debate y que llegaron con el mismo consenso que el nuestro.
Sr. Presidente:
-¿Pueden por decreto, por ley, por imposición anular o eliminar la identidad que sienten y les es propia a millones de personas?
-¿Pueden ser compatibles el proyecto de Estado, de nación e identidad española que niega la existencia de otras identidades, con nuestro proyecto de identidad vasca, catalana o gallega?
Señorías, en el mundo en el que vivimos, estas cuestiones no son excepcionales, ni ocurren solo aquí. La gran diferencia es que en otros lugares de nuestro entorno han conseguido resolverlas con principios democráticos y pacíficos, han evolucionado hacia Estados realmente plurinacionales o han sido las naciones las encargadas de llevar adelante su propio proyecto conformando un Estado.
Más de 24 nuevos estados han surgido en los últimos 25 años, muchos son nuevos estados europeos y todos ellos, más allá de sus circunstancias histórico políticas han formulado sus bases en la justificación del principio del derecho de autodeterminación, del derecho a decidir que Eusko Alkartasuna entiende también debe corresponder en nuestro caso a los ciudadanos vascos.
Sr. Presidente, permítame que concluya con una cita del hoy Primer Ministro de Escocia, Sr. Alex Salmond:
“Escocia ha probado la descentralización política y después de casi ocho años, somos conscientes de sus limitaciones. Es la hora de que Escocia e Inglaterra sean iguales; compañeros, independientes, vecinos y amigos.
La causa independista es positiva y anhelada. Esta basada en los valores modernos de autodeterminación, igualdad, cooperación y respeto mutuo”
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